Enlazadas
Cuando decidimos abrir este blog, llegamos al acuerdo de que cada miembro del equipo dedicaría un espacio mensual de su tiempo a nutrirlo. Para saber quien se la “ligaba” primero, utilizamos el maravilloso juego de rifa adulto del “te ha tocado” con dedo de señalamiento incluido. La rueda de los turnos lleva girando alrededor de un año y el azar ha considerado justo que este mes, el que hemos dedicado a la familia, me toque a mí.
Como mujer adulta tengo la extraña costumbre de seguir creyendo en la magia, asunto que en un principio puede hacer creer al resto de mortales mayores de 18 que mi vivencia toque poco con los asuntos terrenales. Nada más lejos de la realidad. El saberme subida a los lomos de un unicornio (no tipo Mrs Wonderfull, sino de los de verdad), hace que analice la vida descalza, sintiendo bien el suelo. No obstante, los tirones “brilli brilli” del equino con cuerno, me recuerdan que existen estos momentos, estas oportunidades, esta posibilidad de crear una entrada donde pueda aportar (también) mi experiencia y vivencia como miembro de una familia enlazada.
En 2024, la tasa de divorcios en España fue de 199 disoluciones matrimoniales por cada 100.000 habitantes , lo que representa un aumento del 3,6% respecto a 2023. La edad media de las mujeres que se divorcian en España es de 46.2 años, mientras que la de los hombres es de 48.7 años. aproximadamente el 5 de cada 9 parejas que se divorcian tienen hijos, lo que afecta a más de 900.000 hijos en los últimos 10 años. En España, una de cada tres personas que se divorcian en España vuelve a contraer matrimonio.
Si tenemos en cuenta estos números y porcentajes, llegaremos a la conclusión de que la posibilidades y probabilidades de la creación de nuevos modelos familiares es bastante alta. Una familia enlazada es aquella en la que uno o varios miembros de la nueva pareja que se forma, aporta hijos o hijas de una relación anterior. Por lo tanto, en algún momento la convivencia en la casa de estas parejas traerá asociado a hijas e hijos de madres y padres diferentes, con diferentes normas y maneras que suelen estar bastante ancladas. Al cóctel tenemos que añadir el momento en el que se encuentre el duelo por la pareja y familia que ya no es posible, que va a tener que relacionarse de una manera diferente. Si se encuentra en fase de negación por alguna de las partes, la constitución de esta nueva pareja y familia puede ser bastante dificultosa, dolorosa y desgastante. A esto debemos de sumarle la falta de información y visibilidad de estas maneras de “familiarse” y el juicio (sin intención alguna la mayoría de las veces) que puede traer asociado por quien no se ve afectado.
Podríamos pensar que los y las grandes afectadas por esta situación son las criaturas y mozos y mozas. Y en parte así es. Aunque quien más desprotegido se encuentra, principalmente a nivel legal, es la nueva pareja, que en el caso de no aportar descendencia puede volverse prácticamente invisible. Hablamos de las madrastras y padrastros. Por supuesto, el género aquí es importantísimo, sufriendo las mujeres, las madrastras de un plus de invisibilidad, crítica y juicio.
La madrastra, esa mujer que, como la mayoría, se enamora y empieza una relación CON SU PAREJA que casualmente tiene hijos o hijas y que para ella no es ningún problema porque con quien quiere y desea formar el vínculo es CON SU PAREJA. No hay intención alguna de usurpar, quitar, oscurecer o dejar en la sombra a las exparejas, a las mamás de esas hijas e hijos que, casualmente tienen un padre del cual la madrastra se ha enamorado.
Como madrastra os puedo confirmar que mi vivencia es esta. En mis casi 2 años de convivencia como familia en proceso de enlazarse, los momentos fatigosos y laboriosos han estado muy muy presentes. La terapia individual, la de pareja, el apoyo de los círculos de mujeres que están pasando por lo mismo y la continua información, han sido el chaleco salvavidas que ha impedido que la relación se hundiese. El amor a mi pareja, a su hija el que ellos me tienen a mi y la ganas de estar juntos, el impulso gustoso que hace que cada día estemos más y más unidos.
Ana Isabel Delicado López