Disfrutar en agosto
Agosto es un mes especial. Para mi, agosto significa parar, vacaciones, escapadas, amigos y, sobre todo, tiempo libre. Además, en agosto, disfrute y cuidado son sinónimos.
Uno de los mayores placeres es la oportunidad de descansar. Después de meses de trabajo, el verano resulta un respiro necesario. Desconectar de la rutina diaria, levantarme sin despertador, echarme la siesta, leer un buen libro a la fresca, o simplemente no hacer nada, es disfrute.
Agosto, me da la oportunidad de pasar tiempo con la familia sin prisas ni estrés así como de visitar amigos. Jugar en la playa, dormir bajo las estrellas, sobremesas que permiten reír y llorar en la misma conversación, son disfrute.
Me permite reconectar con la naturaleza. Caminar descalza por la arena o la hierba, nadar en el mar, hacer senderismo o simplemente sentarme a contemplar el atardecer, es cuidado.
También me facilita encontrarme conmigo. Durante el curso, tiendo a ir demasiado rápido y no siempre me pillo. Agosto me permite revisar, digerir y transformar cositas que he ido encontrándome por el camino. Tener tiempo para volver a la meditación como un lugar de alegría, escribir por el gusto de escribir o pasear en silencio son prácticas con las que disfruto mientras me cuido.
Me permite descubrir actividades nuevas, en las que conectar con una pasión, experimentar y conocer gente de mi misma tribu con la que disfrutar compartiendo código y expandir horizontes.
En definitiva, recargar energías estando atenta al disfrute de mi tiempo libre es la mayor obligación que me trae agosto.
¿Y tú? ¿Cómo te cuidas este mes?
Alejandra García Jiménez