Descansar, retirarse, parar, como ejercicio de cuidado
Me está costando parar para escribir sobre parar, cuanto estímulo banal, vacío, superficial, para seguir avanzando sin pensar, sin sentir, sin mirar….
Nacer y morir los únicos tiempos reales de la vida, solo el latido de nuestro corazón no debe parar, todo lo demás es relativo, pautado, cultural, normativo, medir el tiempo es un invento del ser humano, poder detener el tiempo para escuchar a nuestro cuerpo como único indicador fiable del síntoma, si descanso me cuido, si paro me cuido, sí me retiro me cuido…
¿Qué hacemos con nuestro tiempo?
No podemos vernos si no hay quietud, si no hay silencio, si no hay presente, parece que solo puede ocurrir esto cuando hay enfermedades, accidentes o vejez, entonces el cuerpo nos para por necesidad….
¿Pero cómo sería parar desde la conciencia?
El verano, las vacaciones, el cierre del curso, lugares propicios para responder a está pregunta, dejando a un lado los estímulos aprendidos, mecanizados, socializados, que el sistema nos vende año tras año como fórmulas de felicidad estacionales para dar sentido a nuestras vidas.
Parar es dejar de hacer, no sustituir el hacer por otro hacer, parar para sentirse, como sí en la quietud todos nuestros sentidos se pudieran explorar, como sí el único estimulo fuera habitarnos, y desde ese lugar poder mirar hacía nuestro interior, y el exterior así nunca sería un lugar de salvación y el hacer se sustituiría por el ser.
La inacción como la fuente de la conciencia, PARAR PARA VIVIR.
Julio García
One Response
Gracias Julio por señalar el camino…
Por mostrar la importancia de podernos ver y comprendernos.
La vida se afronta con más paz desde ahí.
Gracias por enseñármelo!!